El Milagroso Corán : Un desafío para la Humanidad


By Jamaal al-Din Zarabozo

Artículo traducido a : English Français Deutsch

 

 

 

El Milagro Linguistico del Corán

Existe otro importante aspecto que los eruditos musulmanes han considerado tradicionalmente como el aspecto milagroso más grande del Corán, este es el milagro lingüístico. Desafortunadamente, sin embargo, antes de convertirme en musulmán (e incluso después), no pude realmente apreciar este asunto. Solo pude leer lo que algunos eruditos habían escrito acerca del lenguaje y la belleza del Corán. Por ejemplo, John Naish escribió:

El Corán en su vestimenta original árabe posee una belleza y encanto seductores en sí mismo. Acomodado en un conciso y exaltado estilo, sus oraciones breves, a menudo rimadas, presentan una fuerza expresiva y energía explosiva que es extremadamente difícil de transmitir con palabras literales en una traducción[1].

De modo similar, Arberry anhelaba el pasado cuando solía escuchar el Corán siendo recitado durante Ramadán en Egipto[2]. Yo no tuve acceso a escuchar la recitación del Corán, por lo tanto, no sabía cuan conmovedora era esa experiencia. Además, sin tener conocimiento del lenguaje árabe, la impresión de las traducciones al inglés no podían ser como la del original árabe. Sin embargo, debo discutir el milagro aquí, aunque sea brevemente, porque es uno de los aspectos más asombrosos del Corán.

Tradicionalmente, los eruditos musulmanes han considerado el milagro de la lingüística del Corán como tal vez el aspecto milagroso más importante del Corán – y es definitivamente el que tuvo mas influencia en los tiempos del Profeta Muhammad, que Dios le conceda paz y misericordia. Los árabes tenían orgullo de su lengua. La palabra utilizada para definir al extranjero, a’yami, básicamente significaba alguien salvaje en su lenguaje o carente de claridad en su lenguaje[3]. Sin embargo, hasta siendo inferiores al Corán. Antes del Corán, solían tener ferias y competiciones para ver quienes podían producir la palabra árabe más bonita. Sin embargo, de acuerdo a Draz:

Cuando se revelo el Corán todas esas ferias llegaron a su fin, y las reuniones literarias murieron. Desde ese momento, el Corán fue el único trabajo para comandar la atención de la gente. Ninguno de ellos podía desafiarlo o competir con él, o incluso sugerir el cambio, movimiento, adición u omisión de alguna palabra de la oración original. Sin embargo, el Corán no cerró sus puertas a la competición. De hecho, las dejó bien abiertas, llamándolos, individual y colectivamente, a tomar el desafío de producir algo similar a esto. Se repitió el desafío de diferentes modos, reprendiendo su inhabilidad para lograrlo, y reduciendo la tarea a lo largo del tiempo[4].

Los eruditos árabes habían identificado muchos aspectos lingüísticos para distinguir el Corán de otros trabajos y destacarlo como un milagro. En este punto, se mencionarán brevemente solo algunos[5]:

(1)  Cada palabra es utilizada en su preciso lugar y no puede ser movida o cambiada por un sinónimo sin perder su significado y belleza.

(2)  El Corán posee una estructura única en sus oraciones y un ritmo que lo aparta de la prosa y la poesía, a menudo asemejándose a una más que a otra, pero nunca siendo una o la otra.

(3)  Las oraciones utilizan la menos cantidad de palabras sin perder el significado necesario. En otras palabras, son concisas, lo que adhiere a su belleza, mientras que al mismo tiempo transmiten todo lo que necesita ser transmitido.

(4)  Existe un perfecto balance y consistencia en el estilo entre pasajes emocionales e intelectuales en el Corán. Draz mencionó que esta belleza sólo puede ser encontrada en el Corán:

Dos fuerzas son siempre activas dentro del ser humano: la intelectual y la emocional. Poseen diferentes roles y direcciones. La primera busca el conocimiento de la verdad, e identificar lo que es bueno y benéfico para adoptarlo. La otra, registra sus sentimientos de dolor y placer. Un estilo perfecto es aquel que satisface las dos necesidades al mismo tiempo, dando una satisfacción intelectual y placer emocional… ¿Encontramos tal perfección en el estilo humano? Hemos visto escritos de científicos, filósofos, y trabajos de poetas y de fina prosa [sin embargo no pueden cumplir esta meta]…[6]

El Desafío del Corán

Los eruditos han notado muchos otros aspectos milagrosos del Corán, como su perfecta consistencia y libertad de contradicción incluso al haber sido revelado durante un período de veintitrés años[7], el efecto que el Corán tiene en individuos que lo escuchan[8] y demás. Sin embargo, lo que hemos discutido aquí es definitivamente suficiente para nuestros propósitos, ya que he cubierto los asuntos que más me han influenciado para demostrar que el Corán es en verdad milagroso.

De acuerdo a los musulmanes, el Corán es el lenguaje y palabra de Dios. Por lo tanto, no es sorprendente que sea inimitable. Sin embargo, Dios ha deseado que esto quede claro para toda la humanidad, no dejando lugar a la discusión, duda o excusa. En el Corán, Dios desafía a la humanidad a producir algo similar al Corán. De hecho, el desafío de Dios va mas allá que eso: existe un desafío de producir incluso un capítulo como los del Corán.

Este desafío está todavía en pie para toda la humanidad. Todos son libres de intentar recriminar al Corán produciendo algo similar del tamaño de incluso una porción del Corán. En verdad, Dios deja en claro que en toda la humanidad nunca será posible producir algo comparable al Corán – algo tan sorprendente como la profecía del Corán.

El desafío de Dios ocurre en cinco lugares diferentes en el Corán. Aquí se encuentran los versos relevantes en el orden en que fueron revelados por Dios:

“Si dudáis de lo que le hemos revelado a Nuestro siervo [Muhammad] traed una sura similar, y recurrid para ello a quienes tomáis por socorredores en lugar de Allah, si es que decís la verdad. Si no lo hacéis, y por cierto que no podréis hacerlo, guardaos del fuego que ha sido preparado para los infieles y cuyo combustible serán hombres y piedras.” (Corán 2:23-24)

“Dicen: [Muhammad] lo ha inventado. Diles: Entonces traed vosotros [si podéis] una sura similar y recurrid para ello a quienes tomáis por socorredores en vez de Allah, si es que decís la verdad.” (Corán 10:38)

“O dicen: Él lo inventó [al Corán]. Diles: Inventad, entonces, diez suras como ésta y presentadlas, e invocad a quienes podáis [para que os auxilien] en vez de Allah, si es que sois veraces.” (Corán 11:13)

“Diles: Si los hombres y los genios se unieran para hacer un Corán similar, no podrían lograrlo aunque se ayudaran mutuamente.” (Corán 17:88)

“Y también dicen: Él lo ha inventado [al Corán], pero la verdad es que [lo dicen porque] no creen.

34. Que presenten un libro semejante [al Corán] si es verdad lo que alegan.” (Corán 52:33-34)

En resumen, si alguien todavía duda acerca del Corán, que afronte el reto.

Una Afirmación muy Importante del Profeta y Mi Decisión

No fue una reflexión que el Corán es milagroso. No fue que los eruditos después de los tiempos del Profeta, que Dios le conceda paz y misericordia, lo observaron y declararon que era un milagro. No, en realidad, este Libro está destinado a ser un milagro del Profeta Muhammad y su signo más grandioso. Los no creyentes en el tiempo del Profeta buscaban algún tipo de milagro – tal vez algo más tangible o que requiera menos pensamiento – pero Dios dejó en claro que este Corán sería suficiente como un signo que testifique la veracidad del Profeta. Dios dice:

“Dijeron [los incrédulos]: ¿Por qué no le han sido concedidos signos milagrosos provenientes de su Señor? Diles [¡Oh, Muhammad!]: Allah es Quien dispone de los signos, y yo sólo debo advertiros claramente. ¿Acaso no les basta que te hayamos revelado el Libro que se les recita? Por cierto que en él hay misericordia y exhortación para quienes creen.” (Corán 29:50-51)

En verdad,  este Libro debe ser suficiente para cualquier individuo sincero, en busca de la verdad. No hay necesidad de ningún otro signo después de este Libro. Este es el aspecto principal de lo que Dios ha dicho en este pasaje, y esto es lo que mi corazón y mente concluyeron cuando estudie el Corán en vistas a todos los escritores que afirmaban que no era una revelación de Dios.

El Profeta también hizo una afirmación muy importante con respecto a este signo y milagro que Dios le había entregado. Ya que el era el Profeta final, la naturaleza de su signo y milagro tenía que ser diferente a todos los que lo precedieron. Tenía que ser un milagro que fuera eterno hasta el Día del Juicio. De hecho, lo es. E incluso más, es un tipo de milagro muy diferente. Es uno en el cual los humanos pueden reflejarse y estar completamente convencidos de su verdad. Es así que el Profeta dijo: “No ha habido profetas excepto a los que Dios le ha entregado milagros para que las personas le crean. Yo he obtenido (como milagro) la revelación que Dios me ha revelado. Espero, por esa razón, tener el mayor número de seguidores en el Día del Juicio”.  (Registrado por Al-Bujari.)  Debido a la naturaleza del signo que el Profeta recibió, no hay excusas para que las personas de otros tiempos no lo sigan. Por lo tanto, el tendrá, si Dios lo permite, el mayor número de seguidores en el Día del Juicio Final.

El Corán demandó una decisión de mi parte – como en realidad demanda una decisión de parte de todos. Los signos que apuntan a su naturaleza milagrosa y que debía ser una revelación de Dios eran simplemente abrumadores para mí. Ninguna de las teorías opositoras al Corán o que negaran la sinceridad del Profeta fueron lo suficientemente fuertes o lógicas para convencerme de otra cosa. Por lo tanto, yo, vía el Corán, abracé el Islam y todas las alabanzas y agradecimientos se deben a Dios.

 



Footnotes:

[1] John Naish, The Wisdom of the Quran (Oxford, 1937), p. viii.  Citado en Islam—The First and Final Religion, pp. 87.

[2] Ver sus sentimientos expresados en in A. J. Arberry, The Koran Interpreted (New York: MacMillan Publishing Co., 1955), p. 28.

[3] E. W. Lane, Arabic-English Lexicon (Cambridge, England: The Islamic Texts Society, 1984), vol. 2, pp. 1966-1967.

[4] Muhammad Abdullah Draz, The Quran: An Eternal Challenge (Markfield, United Kingdom: The Islamic Foundation, 2001), p. 69.

[5] Para más detalles, se puede consultar Draz, passim.

[6] Draz., p. 97.

[7] Dios dice en el Corán: “¿Acaso no reflexionan en el Corán y sus significados? Si no procediera de Allah habrían encontrado en él numerosas contradicciones.” (al-Nisaa 4:82).

[8] Sean creyentes o no creyentes, el Corán está destinado a afectarlos. Por ejemplo, con respecto a sus creencias, Dios dice: “Allah ha revelado el mejor de los Mensajes [el Corán], el cual es un Libro armonioso [sin contradicciones] que reitera las exhortaciones [y las historias]. Su recitación hace erizar la piel de quienes temen a su Señor, pero luego cuando recuerdan a Allah ésta [la piel] y sus corazones se apaciguan. Ésta es la guía de Allah, con la que Él encamina a quien quiere; y sabed que para quien Allah decreta el desvío, no habrá nadie que lo pueda guiar.” (al-Zumar 39:23).  Por otro lado, con respecto a los no creyentes, Dios dice: “Hemos expuesto en este Corán todo tipo de evidencias para que reflexionen, pero esto les hace extraviarse aún más.” (al-Israa 17:41).

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