Reflexiones de la Shari’ah, crisis económica mundial- 1- Conocer a Allah


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Reflexiones de la Shari’ah sobre la crisis económica mundial

 

Que la tormenta de la crisis económica haya arremetido hoy en día contra oriente y occidente es algo que no se puede ocultar ni negar. Es un hecho sin precedentes que hizo temblar los cimientos de la economía y que desveló a los políticos, economistas, pensadores y a todo aquel que está en el juego de las finanzas. Sus causas y consecuencias a corto y largo plazo son múltiples, tanto así, que generó preocupación por todas partes e hizo que los analistas saturaran los medios con sus conclusiones, que se escribieran cientos de libros sobre un asunto que era confuso y del que nadie quería asumir la responsabilidad.


Este suceso nos obliga a detenernos para hacer una reflexión y aclarar algunos aspectos legales de la Shari’ah que tienen relación con esta catástrofe:


La verdadera crisis:

Los más grandes bancos, instituciones financieras y mercados bursátiles se desplomaron, trillones en efectivo se evaporaron, y billones en acciones se perdieron en las bolsas. Países enteros se hundieron, millones de personas perdieron el dinero que tenían ahorrado o invertido; solo en los Estados Unidos de Norte América se calcula que las inversiones que se perdieron en la bolsa de valores llegan a unos cuatro trillones de dólares, por lo que algunos llamaron a esta crisis como el tsunami de la economía.

Los techos se derrumbaron sobre ellos:

La economía y el dinero son las bases principales sobre las que se fundamenta la vida en occidente; por eso, cuando se encomendaron a su riqueza y dejaron de lado a Al-lah, sucedió:

Los incrédulos anteriormente [en Babel] construyeron grandes edificaciones, pero Al-lah Destruyó sus edificaciones desde los cimientos y los techos se derrumbaron sobre ellos, y el castigo les llegó de donde menos lo esperaban. [Corán 16:26]

Somos testigos de la debacle que les azotó: ayer celebraban sus logros económicos, se vanagloriaban por su sistema financiero, creían que era a prueba de todo, pero hoy amanecieron presas de la desesperación y la devastación, pues el castigo por su orgullo e insolencia les llego desde donde menos se lo esperaban.

Diles: Estas son las consecuencias de vuestras obras:

Las desgracias y catástrofes que de vez en cuando presenciamos, son producto de las acciones de las personas. La injusticia, la opresión, la transgresión de los derechos y libertades de los demás, son razones por las cuales puede descender sobre un individuo, familia, sociedad, e incluso la humanidad entera, una desgracia, como la actual crisis económica y financiera mundial. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español):

Se puede ver la devastación en la tierra y en el mar como consecuencia de las acciones de los hombres. Esto es para que padezcan [el resultado de] lo que han hecho, y puedan recapacitar. [Corán 30:41];

y:

Y si os aflige una desgracia, ello es la consecuencia de [los pecados] que cometisteis; y Al-lah os Perdona muchas faltas [por Su gracia]. [Corán 42:30]

En un Hadiz nos dijo el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam: “Cuando el adulterio, la fornicación, el interés y la usura aparezcan y se generalicen en un pueblo, su gente será merecedora del castigo de Al-lah, por sus iniquidades” [At-Tabarani]. Así que la culpa de que esta crisis haya arruinado al mundo es la injusticia que los hombres cometieron consigo mismos.

Al-lah Es Paciente y no olvidadizo ni descuidado:

Al-lah Tuvo paciencia con la humanidad mientras que esta se dedicaba a lucrarse del interés y la usura para incrementar su riqueza, declarándole la guerra a las leyes y órdenes de Al-lah; hasta que llegó el tiempo en que su injusticia no se pudo tolerar más, así que Hizo que la riqueza menguara y la recesión económica la afectara, tal como Hizo con el Faraón y su gente, como encontramos en el Corán (lo que se interpreta en español):

Y Azotamos al pueblo del Faraón con años de sequía y mengua de frutos, para que reflexionaran.} [Corán 7:130]

Y en el Hadiz nos mencionó el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam: “Al-lah le Da tiempo al opresor; pero cuando Decide Darle su merecido, no le levantará el castigo jamás”, luego recitó (lo que se interpreta en español):

Así es el castigo de tu Señor cuando Decide Azotar a las ciudades por su iniquidad, ciertamente Su castigo es doloroso y severo. [Corán 11:102]

[Bujari y Muslim].

El injusto y el opresor no debe confiarse en que Al-lah en Su grandeza, poderío y sabiduría, Va a Dejar que siga con su iniquidad causando daño a los demás sin que lo Castigue y a todos aquellos que lo ayudaron a cometer sus crímenes, o simplemente guardaron silencio y no hicieron nada para detenerlos.

La falsedad conduce a la perdición:

Las personas, pensamientos, ideas, sistemas y todo lo que tiene que ver con este mundo es perecedero, por más que haya sobresalido. Anas ibn Malik relató: “El Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, tenía una camella llamada Al ‘Adbá’ que era insuperable en la carrera. Una vez, vino un beduino montando un camello de menos de seis años y logró vencerla. Eso fue motivo de pesar para los musulmanes, hasta que el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, lo supo y dijo: “La ley de Al-lah es que Él Hace Bajar a todo aquél que se eleva en la vida terrenal”’ [Bujari].

Los occidentales lograron alcanzar la cima más alta en la economía mundial, sus riquezas crecieron tanto que pensaron que nada las haría disminuir y que nadie sería más poderoso que ellos; pero en el momento en que más orgullo sentían por su sistema económico, el cual alegaban era infalible, todo cambió, sus finanzas colapsaron y la falsedad de sus alegatos respecto a la estabilidad de su economía quedó expuesta ante todo el mundo, tuvieron que bajar la cabeza y aceptar que algo había fallado…

 

 


El prestigio de occidente se perdió:

El interés y la usura, además de las prácticas prohibidas por la Shari’ah en cuestiones económicas, fueron como un comején que desde el interior hizo que el bastón sobre el que se apoyaba el prestigio financiero occidental se quebrara. Dicho bastón –que asumían era erguido, recto, incorruptible e irrompible– resultó ser una rama podrida, que al romperse hizo que todo el sistema financiero mundial se viniera al suelo, al grado que el mismo ministro de finanzas alemán, Peer Steinbrück,manifestó: “Wall Street nunca volverá a ser lo que era antes de la crisis”.

 

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