proteger el monoteísmo y truncar todo aquello que pueda conducir a la idolatría
Narró ‘Abdullah Ibn Ash-shijir [Alá se complazca de él]: “En cierta ocasión salí junto a una delegación de Bani Amer para encontrarnos con el Mensajero de Alá [la paz y las bendiciones de Alá sean con él], y le dijimos: “Tú eres nuestro señor”. Él nos respondió: “Alá es El Señor”. Entonces dijimos: “Tú eres el mejor entre nosotros y el más sublime”. Nos dijo: “Decid como habéis dicho, o solo parte de ello, y no dejéis que el demonio os domine”[1].
Anas [Alá se complazca de él] relató que algunas personas dijeron: “¡Mensajero de Alá! ¡El mejor entre nosotros, hijo del mejor entre nosotros! ¡Nuestro señor e hijo de nuestro señor!” Les respondió [la paz y las bendiciones de Alá sean con él]: “¡Gentes! Decid tal como habéis dicho, pero que no os desvíe el demonio, ciertamente yo soy Muhámmad, siervo de Alá y Su enviado. No me agrada que me elevéis por encima del grado que me ha concedido Alá [Alabado sea]”[2].
CONCLUSIONES:
- Una advertencia a las personas a fin de que no caigan en la exageración.
- Las palabras con las que debe responder a quien le sea dicho: “¡Tú eres nuestro señor!”.
- La advertencia del Mensajero de Alá [la paz y las bendiciones de Alá sean con él]: “¡Que no os desvíe el demonio!” A pesar de que no habían dicho sino la verdad.
- “No me agrada que me elevéis por encima del grado que me ha concedido Alá”.