Sólo por Al-lah


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Sólo por Al-lah

 

 

 

Había un hombre piadoso entre Banu Israel que siempre se mantenía ocupado en la adoración de Al-lah. Un grupo de personas se le acercaron y le dijeron que habá una tribu viviendo cerca de él que adoraban un árbol. La noticia le molestó, y con un hacha en el hombro fue a cortar ese árbol.


En el camino, Satanás se le acercó en forma de un anciano y le preguntó a dónde iba. Dijo que iba a cortar un árbol determinado. Satanás dijo, "No tienes que  preocuparte por este árbol, mejor ocúpate de tus asuntos y no te ocupes de algo que no te concierne". "Esto también es culto," replicó el creyente. Entonces Satanás trató de impedir que cortara el árbol y hubo una pelea entre los dos, en la que el creyente venció a  Satán.


Encontrándose totalmente indefenso, Satanás le pidió disculpas, y cuando el creyente lo liberó, otra vez dijo: "Al-lah no ha hecho el corte de este árbol obligatorio para ti. No pierdes nada si no lo cortas. Si su corte fuera necesario, Al-lah hubiera podido hacerlo a través de uno de sus muchos profetas." El creyente insistió en cortar el árbol. Otra vez hubo una pelea entre los dos y otra vez el creyente dominó a Satán. "Bueno," dijo Satanás, "Propongo una solución que será tu favor".


El creyente estuvo de acuerdo, y Satanás dijo: "Eres un hombre pobre, una mera carga en esta tierra. Si te quedas fuera de este acto, te pagaré tres monedas de oro todos los días. Diariamente las encontrarás debajo de tu almohada. Con este dinero puedes satisfacer tus propias necesidades, puede complacer a tus parientes, ayudar a los necesitados y hacer muchas otras obras virtuosas. Cortar el árbol será sólo una virtud, que en última instancia, no servirá de nada porque la gente hará crecer otro árbol". Esta propuesta atrajo al creyente y aceptó.


Encontró el dinero en los dos días sucesivos, pero en el tercer día no había nada. Él se enfureció, recogió su hacha y fue a cortar el árbol. Satanás como se le apareció en el camino, en forma de anciano, y le preguntó hacia dónde iba. "Voy a cortar el árbol”, gritó el hombre. "No voy a dejar que lo hagas," dijo Satán. Una pelea tuvo lugar entre los, dos otra vez, pero esta vez tenía la ventaja Satanás y dominó al creyente. Este último se sorprendió de ser derrotado y preguntó al primero la causa de su éxito. Satanás respondió: "Al principio, tu ira fue puramente para ganarte el placer de Al-lah y por lo tanto Al-lah Todopoderoso te ayudó a vencer, pero ahora ha sido en parte por las monedas de oro y por lo tanto has perdido.




Fuente: del libro "Ihía-ul Ulum Ud Deen" - Autor: Imam Ghazzali

 

 

 

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