Aceptar el Islam (parte 2 de 2): La religión del perdón
Terminamos la parte uno de este artículo sugiriendo que si una persona realmente cree que no hay divinidad excepto Dios, debería aceptar el Islam de inmediato. También propusimos que el Islam es la religión del perdón. No importa cuántos pecados haya cometido una persona, nunca será alguien imperdonable. Dios es el Más Indulgente, el Más Misericordioso, y el Corán subraya estos atributos más de 70 veces.
"A Dios pertenece cuanto hay en los cielos y en la Tierra. Él perdona a quien quiere y castiga a quien quiere. Dios es Absolvedor, Misericordioso". (Corán 3:129)
Sin embargo, existe un pecado que Dios no perdona, y que es el pecado de asignarle socios o copartícipes a Dios. Un musulmán cree que Dios es Uno, sin asociados, compañeros, descendientes ni colegas. Él es el Único merecedor de adoración.
"Di: "Él es Al-lah, Uno. Al-lah es el Absoluto. No engendró ni fue engendrado. Y no hay nada ni nadie que sea semejante a Él". (Corán 112)
"Dios no perdona la idolatría, pero fuera de ello perdona a quien Le place". (Corán 4:48)
Puede parecer extraño decir que Dios es el Más Misericordioso, y subrayar que el Islam es la religión del perdón, mientras decimos también que hay un pecado imperdonable. Esto no es un concepto extraño ni pérfido cuando entiendes que este pecado grave solo es imperdonable si la persona muere sin arrepentirse ante Dios. En cualquier momento, hasta que una persona pecadora exhala su último aliento, puede volverse a Dios con sinceridad y pedirle perdón, sabiendo que Dios es en verdad el Más Misericordioso y el Más Indulgente. El arrepentimiento sincero asegura el perdón de Dios.
"Diles a los que se niegan a creer que si desisten [y abrazan el Islam] les será perdonado cuanto cometieron en el pasado". (Corán 8:38)
El Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "Dios aceptará el arrepentimiento de Su siervo mientras que el estertor agónico no haya alcanzado aún su garganta"[1]. El Profeta Muhammad dijo también: "(Aceptar) el Islam destruye lo que vino antes de él (los pecados)"[2].
Como expusimos en el artículo anterior, a menudo una persona está acariciando la idea de aceptar el Islam, pero se siente confundida o incluso avergonzada por los muchos pecados que ha cometido durante su vida. Algunas personas se preguntan cómo podrían llegar a ser personas buenas y morales, cuando en las sombras sus pecados y crímenes están al acecho.
Aceptar el Islam y pronunciar las palabras conocidas como Shahada o testimonio de fe (testifico "La ilah il-la Al-lah, Muhammad rasulu Al-lah"[3]), deja a la persona limpia, como recién nacido. Se convierte en alguien completamente libre de pecado. Es un nuevo comienzo, donde los pecados pasados ya no pueden mantener cautiva a la persona. No hay necesidad de ser perseguido por los pecados pasados. Cada nuevo musulmán se convierte en alguien sin ataduras y libre de llevar una vida basada en la creencia fundamental de que Dios es Uno.
Cuando una persona ya no es retenida por el temor de que sus pecados pasados o su estilo de vida anterior le impidan llevar una vida buena, el camino para aceptar el Islam a menudo se hace fácil. Saber que Dios puede perdonar a cualquiera, o perdonar cualquier cosa, es realmente una perspectiva consoladora. Sin embargo, entender la importancia de no adorar a nada ni a nadie distinto de Dios es la prioridad máxima, puesto que es la base del Islam.
Dios no creó a la humanidad sino para que Lo adoren a Él únicamente (Corán 52:56), y saber cómo mantener pura e inalterada esa adoración es algo imperativo. Sin embargo, los detalles a menudo son aprendidos después de que la persona reconoce la verdad sublime de que la forma de vida es el Islam.
"Sigan los preceptos que les han sido revelados [en el Corán] por su Señor, antes de que repentinamente les llegue el castigo, sin que se den cuenta, [y entonces] digan: "¡Qué pena! Ahora estoy perdido por haber desobedecido las órdenes de Dios, y realmente me contaba entre quienes se burlaban [del castigo]". (Corán 39:55-56)
Una vez que la persona ha aceptado la verdad del Islam, reconociendo así que no hay divinidad sino solo Dios, es el momento para que aprenda sobre su religión. Es tiempo para que entienda la belleza inspiradora y la facilidad del Islam, y que aprenda acerca de todos los profetas y mensajeros del Islam, incluyendo el último Profeta, Muhammad. Si Dios decretara que la vida de una persona terminará poco después de que acepte el Islam, esto podría ser una señal de la misericordia de Dios, puesto que una persona tan pura como un bebé recién nacido estará destinada al Paraíso eterno, por la misericordia de Dios y Su sabiduría infinita.
Cuando una persona está considerando aceptar el Islam, muchas de las barreras que percibe no son más que ilusiones y trucos de Satanás. Está claro que una vez que la persona ha elegido a Dios, Satanás hará todo lo que le sea posible para desviar a esa persona y la bombardeará con susurros y dudas. La religión del Islam es un regalo, y como cualquier otro regalo, debe ser aceptado y abierto antes de que el verdadero valor de su contenido pueda ser revelado. El Islam es una forma de vida que hace de la felicidad eterna en el Más Allá un sueño alcanzable. No hay dios excepto Dios, el Uno y el Único, el Primero y el Último. Conocerlo es la llave del éxito, y aceptar el Islam es el primer paso en el viaje hacia el Más Allá.