Jesús en el Islam
La visión islámica de la figura de Jesús, lo coloca en el justo medio entre dos opiniones extremas. Los judíos niegan que Jesús sea un profeta, y lo consideran un impostor. En el otro extremo, los cristianos dicen que Jesús es el hijo de Dios, y lo adoran como a una divinidad.
El Islam considera a Jesús uno de los cinco Profetas mayores, junto con Noé, Abraham, Moisés y Muhámmad (La paz sea con ellos).
Considerar a Jesús como el Mesías, es acorde a la creencia islámica en la unicidad de Dios; la unicidad del origen de la guía, y la función de los Mensajeros de Dios (La paz sea con ellos).
Los Mensajeros de Dios, enseñaron que se debe adorar sólo y únicamente a Dios. Esto le fue ordenado a Adán (La paz sea con él) y se le ordenó trasmitirlo a su descendencia.
Las revelaciones que luego hizo descender Dios con Noé, Abraham, Moisés y Muhámmad (La paz sea con ellos) reiteran el llamado a adorar sólo y únicamente a Dios.
De esta manera, el Islam no tiene contradicción alguna con las religiones reveladas, exceptuando lo que versa sobre aquellas cuestiones que la gente cambió de estas religiones.
Las consideraciones sobre la figura de Jesús en las tres grandes religiones (Islam, cristianismo y judaísmo) no son una excepción a la regla citada.
Aunque el Corán no incluye una historia detallada de la vida de Jesús, menciona los aspectos más destacables de su figura, como su nacimiento, sus milagros, su misión y su ascensión a los cielos.
También señala los errores de las creencias cristianas y judías respecto a él. Podemos saber qué fue lo que en verdad Dios le reveló a Jesús, leyendo el Corán.
Nació de una madre virgen
Al igual que los cristianos, los musulmanes creemos que Maria, Mariam en árabe, era una mujer casta y virgen, y que Jesús nació por voluntad de Dios, de hecho su propio nacimiento es el primer milagro que Dios le concedió, ya que no tiene padre biológico.
Dios nos habla de esto en el Corán:
Y narra [¡Oh, Muhammad!] la historia de María que se menciona en el Libro [el Corán], cuando se apartó de su familia para retirarse a un lugar al este.
Y puso un velo para apartarse de la vista [mientras adoraba a Allah] de los hombres de su pueblo. Entonces le enviamos Nuestro espíritu [el Ángel Gabriel], quien se le presentó con forma humana.
Ella dijo: Me refugio de ti en el Clemente, si es que temes a Allah.
Le dijo: Soy el enviado de tu Señor para agraciarte con un hijo puro.
Ella dijo: ¿Cómo he de tener un hijo si no me ha tocado ningún hombre, ni soy una indecente?
Así será, le respondió, pues tu Señor dice: Ello es fácil para Mí. Y lo convertiremos en un signo para la humanidad y una misericordia. Es un asunto decidido. (Corán 19:16-21)
Evidentemente el nacimiento milagroso de Jesús no lo hace una divinidad, de hecho, el nacimiento de Adán es un milagro más grande, ya que Jesús no tenía padre, pero Adán no tuvo ni padre ni madre.
Ninguno de los dos es una divinidad, sino que ambos son siervos de Dios, El Único.
Dice Dios en el Corán:
“Por cierto que el ejemplo de Jesús es similar al de Adán, a quien creó de barro y dijo ‘Sé’ y fue.” (Corán 3:59)
Milagros
Al igual que los cristianos, los musulmanes creemos que Jesús realizó distintos milagros. Los hizo con el permiso de Dios, que es el Único con poder sobre todas las cosas.
Dice Dios:
“Cuando Dios dijo a Jesús: ¡Oh, Jesús, hijo de María! Recuerda la gracia que os concedí a ti y a tu madre, cuando te di fuerzas mediante el Espíritu Santo (Gabriel) y hablaste a la gente estando en la cuna, y de adulto te enseñé la sabiduría, la Toráh y el Evangelio. Y cuando hiciste con arcilla la forma de un pájaro, con Mi anuencia, y luego soplaste sobre él y se convirtió en un pájaro con Mi anuencia, y curaste al ciego de nacimiento con Mi anuencia, y curaste al leproso, y resucitaste a los muertos con Mi anuencia, y te protegí de los hijos de Israel cuando te presentaste ante ellos con evidencias y los incrédulos de entre ellos dijeron: esto no es más que magia evidente.” (Corán 5:110)
Dios envió a los Profetas con milagros que confirmaran su veracidad, ellos no hicieron estos milagros por su propio poder, sino por la voluntad omnipotente de Dios.
Los judíos de la época de Jesús habían logrado grandes avances en la medicina, por eso, Dios le concedió a Jesús milagros relacionados con esta ciencia, ya que era lo conveniente para que los judíos creyeran en la autenticidad del milagro.