Derechos económicos
Derechos económicos: antes del Islam, las mujeres no disfrutaban de ningún derecho económico, ya que sólo el hombre era quien gozaba de este derecho. Ellas no podían tener propiedades a sus nombres y tampoco eran tomadas en cuenta al momento de repartir una herencia. El Islam sacó a flote los derechos económicos de la mujer en cuanto a: el derecho a la seguridad económica, el derecho a la propiedad, el derecho a la herencia, y el derecho a realizar cualquier transacción comercial o financiera.
1) En el Islam es primordial que la mujer sea protegida por el hombre cabeza de familia, es decir, por su padre, o por su esposo o hijo (si ya es mayor), o por su hermano (en caso de que su padre haya fallecido y aun se encuentre soltera). Ellos tienen la obligación de proporcionarle una vivienda segura, alimento, vestimenta y educación.
2) La Mujer tiene el derecho al trabajo siempre y cuando éste no vaya en contra de los valores religiosos y mandatos de Al-lah. El dinero que ella gane por su trabajo sólo le pertenece a ella y no está obligada a contribuir en los gastos del hogar (a menos de que ella así lo desee).
3) El derecho a la dote. Este un derecho financiero de la mujer que es entregado por el esposo. Al-lah ha dicho en el Sagrado Corán:
“Dad a vuestras mujeres su dote con buena predisposición. Pero si renuncian a ella en vuestro favor, disponed de ésta como os plazca.”
(4:4)
4) El derecho a ser contemplada y a recibir la herencia:
“Al-lah dictamina respecto a [la herencia de] vuestros hijos: Al varón le corresponde lo mismo que a dos mujeres [esto es debido a que no pesa sobre la mujer la manutención de los hijos y la familia]...”
(Sagrado Corán, 4:11)
De aquí se puede analizar cómo es tomada en cuenta la mujer al momento de recibir una herencia, algunos dirán ¡Pero a la mujer le corresponde la mitad de lo que le corresponde a un hombre, como puede ser eso justo! Si analizamos bien este fragmento del Ayah y si seguimos leyendo el Ayah completa, encontraremos que efectivamente el hombre lleva el doble que la mujer, ya que él tendrá que gastar de ese dinero para cumplir con la obligación de mantener a la familia, en cambio la mujer no tiene la obligación de gastar de su herencia para mantener a otra persona, ella tiene libertad de gastar su dinero como mejor le parezca.